Persona en calma practicando liberación emocional, respirando con conciencia y serenidad.

Liberación Emocional: El Camino hacia la Paz Interior y el Bienestar Integral

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La liberación emocional es una práctica que consiste en permitir que una emoción se exprese de forma consciente hasta que su energía se disuelva. Es una forma de autorregulación emocional que permite al cuerpo y al sistema nervioso salir del estado de alerta.

Cuando una emoción se bloquea, el cuerpo se contrae. Cuando se permite, la energía emocional completa su ciclo natural y se libera.

David R. Hawkins, en Dejar ir: el camino de la entrega (2013), escribe: “Cuando dejamos de resistir una emoción y nos rendimos ante ella, su energía se disuelve. Lo que antes parecía doloroso se convierte en paz.”

En Curación y recuperación (2009), Hawkins explica que “curar verdaderamente es hacerlo todo, en todos los niveles: mental, físico, psicológico y espiritual.”

La liberación emocional es, entonces, una forma integral de sanación que une la conciencia, la emoción y la fisiología.

Mujer practicando liberación emocional representando la sección sustento científico.

Sustento científico

La base científica de la liberación emocional integra los hallazgos de distintas corrientes contemporáneas que estudian el papel de la emoción en la autorregulación y la salud. Entre ellas destacan la Terapia Centrada en las Emociones (Emotion-Focused Therapy), desarrollada por Leslie Greenberg y Sue Johnson; las prácticas mente-cuerpo basadas en mindfulness, y los enfoques de aceptación consciente.

La Terapia Centrada en las Emociones, avalada por la Asociación Americana de Psicología, se reconoce como un tratamiento basado en evidencia para la ansiedad, la depresión y los trastornos emocionales. Su planteamiento central es que las emociones no son el problema, sino la vía hacia el cambio. Cuando se experimentan y procesan con conciencia, reorganizan la experiencia interna y promueven equilibrio psicológico y corporal.

Diversos estudios han confirmado estos principios. Kramer y colaboradores (2025) demostraron que facilitar el procesamiento emocional en un contexto terapéutico produce mejoras sostenidas en la regulación emocional, la ansiedad y la depresión en entornos clínicos reales. De manera complementaria, Greenberg (2010) explica que el trabajo consciente con la emoción permite integrar experiencias difíciles y transformar su carga en comprensión y equilibrio psicológico.

De forma complementaria, las prácticas mente-cuerpo basadas en mindfulness proponen algo similar: observar la sensación corporal de la emoción sin intentar modificarla. Este enfoque ha mostrado efectos fisiológicos positivos, como la reducción de marcadores de estrés y la mejora del equilibrio inmunológico (Black & Slavich, 2016; Pascoe et al., 2017).

La investigación de Lindsay y colegas (2018) sobre aceptación consciente muestra que aceptar la emoción reduce los niveles de cortisol y la reactividad fisiológica al estrés.

En conjunto, estos estudios confirman lo que Hawkins observó en su práctica clínica: la liberación emocional no solo transforma la mente, sino que modifica los patrones corporales y neurofisiológicos del sufrimiento.

Hombre en calma mostrando cómo practicar la liberación emocional

Cómo practicar la liberación emocional

Paso 1: reconocer

Identifica la emoción que aparece. No la analices. Solo obsérvala y reconoce su presencia.

Paso 2: sentir

Localiza la sensación en el cuerpo: tensión, calor, presión o vacío.

Paso 3: permitir

Permítela estar ahí, que la sensación se exprese. Evita distraerte o intentar controlarla.

Paso 4: soltar la expectativa de resultados

La liberación ocurre sola cuando el cuerpo comprende que ya no hay peligro. Hawkins (2013) explica que, al dejar de resistir una emoción, esta se experimenta hasta que se agota; entonces el cuerpo se relaja, la mente se aquieta y aparece la paz interior.

Beneficios de la liberación emocional

Beneficios emocionales

La liberación emocional tiene efectos profundos sobre todo el espectro de emociones humanas. Al permitir que cada emoción complete su ciclo natural —desde la culpa, el miedo o la ira hasta la aceptación, el amor y la paz— se restablece el equilibrio interno que la represión interrumpe.

David R. Hawkins (2013) explica que “cada emoción que se libera eleva el nivel general de conciencia y produce un alivio inmediato, tanto mental como físico.” Este alivio ocurre porque el cuerpo deja de sostener la energía contenida de la emoción y el sistema nervioso vuelve a su estado de regulación.

Cuando una emoción se permite en lugar de reprimirse, la tensión disminuye, la respiración se equilibra y aparece una sensación de claridad y ligereza. Con la práctica, la liberación emocional se convierte en una vía natural hacia la calma y la comprensión.

Cuando soltamos emociones como la culpa o la vergüenza, aparece la comprensión.
Cuando se libera el miedo, el cuerpo experimenta calma y confianza.
La liberación de la ira da paso a la energía del coraje y la acción consciente.
Y cuando soltamos el control o el orgullo, emergen la humildad, la aceptación y el amor.

Según Hawkins (2013), cuando entregamos una emoción negativa experimentamos ligereza, libertad y bienestar, y las circunstancias que antes nos perturbaban dejan de afectarnos del mismo modo.

La investigación contemporánea coincide con esta observación. En la Terapia Centrada en las Emociones, Greenberg (2010) describe que trabajar directamente con la emoción permite integrarla y transformar su carga en comprensión y resiliencia. Estudios recientes de Kramer et al. (2025) demuestran que esta práctica mejora de forma sostenida la regulación emocional y reduce la reactividad ante situaciones difíciles.

A lo largo del tiempo, esta práctica fortalece la autocompasión, la empatía y la capacidad de sostener emociones intensas sin fragmentarse.

Beneficios físicos

Hawkins (2009) explica que cuando las emociones reprimidas se liberan, el cuerpo experimenta alivio y el flujo de energía vital se restablece, favoreciendo la recuperación física y emocional.

Numerosas investigaciones coinciden: liberar tensión emocional reduce la activación del sistema simpático, mejora la función inmunológica y favorece la recuperación ante el dolor crónico.

Estudios sobre prácticas mente-cuerpo basadas en mindfulness muestran reducciones en marcadores inflamatorios y mejoras en la regulación fisiológica (Black & Slavich, 2016; Pascoe et al., 2017).

Mujer relajada representando los beneficios físicos de la liberación emocional.

Beneficios espirituales y de conciencia

En la parte más alta de la Escala de la Conciencia descrita por Hawkins aparecen emociones como la aceptación, el amor, la alegría, la paz y la iluminación. Estas no se “alcanzan”, emergen de forma natural cuando los niveles inferiores (culpa, miedo, ira, orgullo, deseo) se han liberado.

Hawkins (2013) explica que al soltar, no se pierde nada esencial; más bien, lo que se libera se transforma en comprensión, y de esa comprensión surge la compasión.

Emociones que pueden liberarse

En la práctica, todas las emociones pueden liberarse a través del mismo proceso. La escala propuesta por Hawkins incluye la vergüenza, culpa, apatía, dolor, miedo, ira, orgullo, deseo, valor, amor, alegría, paz e iluminación.

Cada emoción representa un nivel de conciencia que, al ser sentido y entregado, se transforma en energía más elevada.

Cuándo usar la liberación emocional

Esta técnica puede aplicarse en momentos de ansiedad, enojo, ira o tristeza, o como práctica diaria y constante.

También puede acompañar procesos terapéuticos o complementarse con respiración consciente y relajación muscular.

Si el malestar emocional es persistente o interfiere con la vida cotidiana, es recomendable integrarla dentro de un acompañamiento profesional.

La liberación emocional no es un método para cambiar lo que sentimos, sino una forma de permitir que la emoción haga su trabajo.

Cuando el cuerpo entiende que puede soltar, la mente descansa.

Y en ese descanso, aparece la paz que no depende de que todo esté bien, sino de estar presente con lo que es.

Programas basados en la liberación emocional

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Referencias

Black, D. S., & Slavich, G. M. (2016). Mindfulness meditation and the immune system: A systematic review of randomized controlled trials. Annals of the New York Academy of Sciences, 1373(1), 13–24. https://doi.org/10.1111/nyas.12998

Greenberg, L. S. (2010). Emotion-Focused Therapy: A Clinical Synthesis. Focus, 8(1), 32–53. https://doi.org/10.1176/foc.8.1.foc32

Hawkins, D. R. (2009). Curación y recuperación. Sedona: Institute for Advanced Spiritual Research.

Hawkins, D. R. (2013). Dejar ir: El camino de la entrega. Sedona: Veritas Publishing.

Kramer, U., Pascual-Leone, A., & Greenberg, L. S. (2025). Effectiveness of Emotion-Focused Therapy: Main Results of a Practice-Research Network Study. Psychotherapy Research. https://doi.org/10.1080/10503307.2025.2454455

Lindsay, E. K., Chin, B., Greco, C. M., Young, S., Brown, K. W., & Smyth, J. M. (2018). Acceptance lowers stress reactivity: Dismantling mindfulness training in a randomized controlled trial. Psychoneuroendocrinology, 87, 63–73. https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2017.09.015

Pascoe, M. C., Thompson, D. R., Jenkins, Z. M., & Ski, C. F. (2017). Mindfulness mediates the physiological markers of stress: Systematic review and meta-analysis. Journal of Psychiatric Research, 95, 156–178. https://doi.org/10.1016/j.jpsychires.2017.08.004