Aceptar lo que es: el camino más corto hacia la paz interior

Aceptar es una de las actitudes más transformadoras, nos invita a dejar de pelear con lo que ya está pasando y a mirar la vida con más amabilidad.
En una cultura que nos enseña a corregir, mejorar, controlar o evitar lo incómodo, aceptar puede parecer casi un contrasentido. Pero cuando simplemente reconocemos “esto es lo que está ocurriendo ahora”, algo dentro se suelta. La lucha interna se calma, y con ella, la ansiedad, el estrés, la frustración, el enojo, la tristeza o la depresión, por nombrar solo algunas.
Aceptar no es resignarse: es reconocer que la realidad ya está aquí, y que seguir resistiéndola —por más que duela— solo aumenta el malestar.
Y cuando soltamos esa pelea, se abre un espacio de calma, de apertura y de descanso interior.
Aceptar no es resignarse
A menudo confundimos aceptación con pasividad.
Pero aceptar no significa soportar el sufrimiento sin hacer nada; significa ver con claridad lo que está ocurriendo antes de elegir cómo responder.
Cuando negamos o resistimos una emoción, algo dentro se tensa. Es como si el cuerpo intentara mantenerla a raya, gastando energía para que no se note, para que no incomode. Pero esa lucha, aunque sea silenciosa, activa el sistema de alerta: la amígdala se enciende, el pulso se acelera y la respiración se agita.
Investigaciones en neurociencia han mostrado que cuando tratamos de suprimir lo que sentimos, el cuerpo entra en modo de defensa. En cambio, cuando permitimos que la emoción esté ahí —sin querer controlarla— el sistema empieza a regularse solo, poco a poco, como si el cuerpo recordara su propio equilibrio (Goldin, McRae, Ramel, & Gross, 2008)
Aceptar no es aprobar lo que sucede.
Es reconocer que ya está aquí, y desde ahí, abrirnos a una forma más consciente y compasiva de estar con lo que es.

Por qué funciona la práctica de aceptar
Según la neurociencia, la aceptación funciona porque desactiva redes neuronales implicadas en la rumiación y la autocrítica, reduce la reactividad emocional y fisiológica, y promueve una mayor flexibilidad psicológica, facilitando el bienestar y la regulación emocional.
En síntesis, aceptar funciona porque desactiva la lucha interna y reactiva la sabiduría autorreguladora del cuerpo.
Beneficios de practicar la aceptación con evidencia científica
La evidencia científica reciente muestra que cultivar una actitud de aceptación —observar y permitir las emociones sin intentar suprimirlas o controlarlas— favorece el bienestar integral, con beneficios a nivel psicológico, cognitivo, social y físico.
Bienestar psicológico y emocional
Disminuye la lucha interna y la evitación de lo que sentimos
La disposición a aceptar las experiencias internas difíciles (pensamientos, emociones, sensaciones) se asocia con menos síntomas de psicopatología y mayor bienestar psicológico, incluso más que otras habilidades como la regulación emocional o el mindfulness en general (Kotsou et al., 2018). Además, en adultos mayores, mayores niveles de mindfulness y menor evitación experiencial se relacionan con más afecto positivo y menos afecto negativo (Pierson et al., 2019).
Mejora la calidad de vida y el bienestar psicológico
La aceptación se asocia con un mayor bienestar psicológico y un equilibrio emocional más estable.
(Ford et al., 2018; Simione et al., 2021)

Reduce síntomas de depresión y ansiedad
Las intervenciones basadas en aceptación muestran reducciones significativas en síntomas emocionales y mayor ajuste psicológico.
(Thompson et al., 2020; Viskovich & Pakenham, 2020)
Disminuye el estrés y el malestar psicológico
Practicar la aceptación favorece una respuesta más equilibrada ante el estrés y reduce el impacto fisiológico del malestar.
(Lindsay & Creswell, 2019; Li et al., 2021)
Favorece la regulación emocional y la resiliencia
La aceptación se asocia con una mejor regulación emocional y una mayor capacidad de adaptación ante experiencias difíciles (Ford et al., 2018)
Procesos cognitivos y de adaptación
Reduce la rumiación
La aceptación, como parte de las intervenciones basadas en mindfulness, ayuda a disminuir los pensamientos repetitivos o rumiativos, favoreciendo una mente más estable y menos reactiva (Perestelo-Pérez et al., 2017).
Reduce el sufrimiento asociado al dolor crónico
En personas con dolor crónico, una mayor aceptación —no solo del dolor, sino también de otras experiencias internas difíciles— se relaciona con mejor funcionamiento diario y menos angustia emocional, incluso cuando el dolor sigue presente (McCracken & Zhao-O’Brien, 2010).
Relaciones y bienestar social
Favorece una actitud más abierta hacia los demás
La aceptación, entendida como actitud central del mindfulness promueve una relación más receptiva con las propias experiencias y con las de otros (Lindsay & Creswell, 2019).
Mejora la salud mental, la satisfacción y el desempeño laboral
La aceptación, entendida como la disposición a experimentar pensamientos y emociones sin intentar controlarlos, predice mejor salud mental, mayor satisfacción y mejor rendimiento en el trabajo, al disminuir el impacto del estrés laboral (Bond & Bunce, 2003).
Bienestar físico y fisiológico
Disminuye la activación fisiológica ante el estrés
Las prácticas que incluyen aceptación reducen la reactividad del cortisol y de la presión arterial sistólica durante situaciones estresantes, en comparación con la atención sin aceptación y las condiciones de control (Lindsay et al., 2018).
Mejora el sueño y reduce la inquietud nocturna
La aceptación —como actitud del mindfulness— se relaciona con menos tensión e inquietud antes de dormir y con una menor severidad de los síntomas de insomnio (Fabbri et al., 2025).
Cómo practicar la aceptación
Práctica formal
- Nos sentamos en silencio, con el cuerpo relajado.
- Dirigimos la atención al cuerpo.
- Cuando encontramos una sensación o emoción incómoda, la nombramos (“hay miedo”, “hay enojo”) y le permitimos estar.
- La observamos y la permitimos, acompañándola.
- Si aparece resistencia, la observamos también.
Cada vez que aceptamos la experiencia tal como es, nuestro sistema nervioso aprende que puede relajarse sin tener que luchar.

Práctica informal
Cuando algo no sale como esperábamos —un error, un conflicto, una sensación desagradable—, nos detenemos un momento y repetimos internamente:
Esto también pertenece a este momento, y resistirme suele hacerlo más difícil.
¿Puedo permitir lo que estoy sintiendo?
Esa frase sencilla puede abrir un espacio donde antes había tensión.
Aceptar no es rendirnos: es hacer las paces con la realidad, momento a momento.
Cuando dejamos de empujar lo que duele, encontramos la fuerza para acompañarlo.
Y en ese acompañamiento, el sufrimiento se transforma.
La Triple Aceptación
En el Método Sedona, la aceptación se trabaja través de una práctica llamada la triple aceptación. Hale Dwoskin la presenta en el documental Letting Go: The Sedona Method Movie (2008) como una forma de acoger la experiencia humana en todas sus capas.
En palabras de Dwoskin, aceptar significa permitir que cualquier pensamiento, creencia, emoción o sensación esté presente tal como es, sin intentar cambiarla, resistirla o analizarla. Es abrirse completamente a la experiencia del momento.

Dwoskin propone tres movimientos de apertura que conforman la práctica de la triple aceptación.
1 · Aceptar lo que está presente
Empezamos por reconocer lo que hay: pensamientos, creencias, emociones, recuerdos o sensaciones que se activan con el tema que nos mueve. No necesitamos analizarlos ni entenderlos; solo abrir espacio interno y permitir que estén.
2 · Aceptar cualquier impulso de control
Después, notamos el movimiento de la mente que quiere cambiar, arreglar o deshacerse de lo que sentimos. A ese impulso —que llamamos resistencia— también le damos su espacio.
3 · Aceptar la sensación de que es “personal”
Finalmente, buscamos la idea o la sensación de que esto es por mí, por quien soy o por cómo soy. Cuando acogemos también esa capa, la energía emocional se va liberando poco a poco de manera natural y la calma va emergiendo.
Mi experiencia con la aceptación
En mi propio camino, la aceptación ha sido una práctica constante. Durante años intenté controlar o evitar la ansiedad, juzgándome por sentir demasiado o reaccionar de manera impulsiva. Probé todas las terapias y disciplinas que estuvieron a mi alcance, y con el tiempo entendí que no se trata de luchar con la emoción ni con mi forma de percibir el mundo, sino de hacerle espacio. Cada vez que me permito sentir sin huir, puedo sostener mi intensidad emocional con más calma.
En todos nuestros talleres de Manejo de Emociones trabajamos la aceptación a profundidad, porque es la base del bienestar y del desarrollo humano. Aprender a aceptar lo que es —con el cuerpo, la mente y el corazón— abre el camino hacia una vida más serena y consciente.
Puedes seguir explorando las nueve actitudes del mindfulness propuestas por Jon Kabat-Zinn, pilares fundamentales del bienestar consciente:
No juzgar, paciencia, mente de principiante, confianza, no esforzarse, aceptación, soltar, gratitud y generosidad.
El sentido de la vida: Desata tu poder interior
Ansiedad en el pecho: causas y caminos para reconectar con la calma.
Respiración a frecuencia de resonancia: cómo ayuda al cuerpo a volver a la calma
La respiración a frecuencia de resonancia es una herramienta sencilla y efectiva para recuperar la…
Cómo Calmar La Ansiedad: Recursos Prácticos Y Científicos
Cuando la ansiedad aparece, el cuerpo se tensa, la mente imagina lo peor y todo…
Cruzando la Niebla de la Ansiedad, Encontrando el Templo Sagrado
Todo sobre la Ansiedad: Causas, Síntomas y Cómo Manejarla
Referencias
Aaby, A., Ravn, S. L., Kasch, H., & Andersen, T. E. (2020). The associations of acceptance with quality of life and mental health following spinal cord injury: A systematic review. Spinal Cord, 58(2), 130–148. https://doi.org/10.1038/s41393-019-0379-9
Bohlmeijer, E. T., Lamers, S. M. A., & Fledderus, M. (2015). Flourishing in people with depressive symptomatology increases with Acceptance and Commitment Therapy: Post-hoc analyses of a randomized controlled trial. Behaviour Research and Therapy, 65, 101–106. https://doi.org/10.1016/j.brat.2014.12.014
Bond, F. W., & Bunce, D. (2003). The role of acceptance and job control in mental health, job satisfaction, and work performance. Journal of Applied Psychology, 88(6), 1057–1067. https://doi.org/10.1037/0021-9010.88.6.1057
Fabbri, M., Mirolli, M., & Martoni, M. (2025). You are at risk of insomnia when you do not accept your pre-sleep arousal: A cross-sectional study investigating the relationship between mindfulness, pre-sleep arousal and severity of insomnia symptoms. Brain Sciences, 15(11), 1196. https://doi.org/10.3390/brainsci15111196
Ford, B. Q., Lam, P., John, O. P., & Mauss, I. B. (2018). The psychological health benefits of accepting negative emotions and thoughts: Laboratory, diary, and longitudinal evidence. Journal of Personality and Social Psychology, 115(6), 1075–1092. https://doi.org/10.1037/pspp0000157
Goldin, P. R., McRae, K., Ramel, W., & Gross, J. J. (2008). The neural bases of emotion regulation: Reappraisal and suppression of negative emotion. Biological Psychiatry, 63(6), 577–586. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2007.05.031
Gloster, A. T., Walder, N., Levin, M. E., Twohig, M. P., & Karekla, M. (2020). The empirical status of Acceptance and Commitment Therapy: A review of meta-analyses. Clinical Psychology Review, 80, 101873. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2020.101873
Grecucci, A., Theuninck, A., Frederickson, J. J., & Job, R. (2021). Mechanisms of emotion regulation during reappraisal and acceptance. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 16(3), 257–266. https://doi.org/10.1093/scan/nsaa090
Kotsou, I., Leys, C., & Fossion, P. (2018). Acceptance alone is a better predictor of psychopathology and well-being than emotional competence, emotion regulation and mindfulness. Journal of Affective Disorders, 226, 142–145. https://doi.org/10.1016/j.jad.2017.09.047
Levin, M. E., Haeger, J. A., Pierce, B. G., & Twohig, M. P. (2017). Web-based Acceptance and Commitment Therapy for mental health problems in college students. Behavior Modification, 41(1), 141–162. https://doi.org/10.1177/0145445516659645
Li, H., Wong, C. L., Jin, X., Chen, J., Chong, Y. S., & Bai, Y. (2021). Effects of Acceptance and Commitment Therapy on health-related outcomes for patients with advanced cancer: A systematic review. International Journal of Nursing Studies, 115, 103876. https://doi.org/10.1016/j.ijnurstu.2021.103876
Lindsay, E. K., Young, S., Smyth, J. M., Brown, K. W., & Creswell, J. D. (2018). Acceptance lowers stress reactivity: Dismantling mindfulness training in a randomized controlled trial. Psychoneuroendocrinology, 87, 63–73. https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2017.09.015
Lindsay, E. K., & Creswell, J. D. (2019). Mindfulness, acceptance, and emotion regulation: Perspectives from Monitor and Acceptance Theory (MAT). Current Opinion in Psychology, 28, 120–125. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2018.12.004
Messina, I., Bianco, F., Cusinato, M., Calvo, V., & Sambin, M. (2021). Neurobiological models of emotion regulation: A meta-analysis of neuroimaging studies of acceptance as an emotion regulation strategy. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 16(3), 257–267. https://doi.org/10.1093/scan/nsab007
McCracken, L. M., & Zhao-O’Brien, J. (2010). General psychological acceptance and chronic pain: There is more to accept than the pain itself. European Journal of Pain, 14(2), 170–175. https://doi.org/10.1016/j.ejpain.2009.03.004
Perestelo-Pérez, L., Barraca, J., Peñate, W., Rivero-Santana, A., & Álvarez-Pérez, Y. (2017). Mindfulness-based interventions for the treatment of depressive rumination: Systematic review and meta-analysis. International Journal of Clinical and Health Psychology, 17(3), 282–295. https://doi.org/10.1016/j.ijchp.2017.07.004
Pierson, M. M., Roche, A. I., & Denburg, N. L. (2019). Mindfulness, experiential avoidance, and affective experience in older adults. Journal of Contextual Behavioral Science, 14, 32–36. https://doi.org/10.1016/j.jcbs.2019.08.007
Simione, L., Raffone, A., & Mirolli, M. (2021). Acceptance, and not its interaction with attention monitoring, increases psychological well-being: Testing the Monitor and Acceptance Theory of Mindfulness. Mindfulness, 12(6), 1398–1411. https://doi.org/10.1007/s12671-021-01607-7
Thompson, E. M., Destrée, L., Albertella, L., & Fontenelle, L. F. (2020). Internet-based Acceptance and Commitment Therapy: A transdiagnostic systematic review and meta-analysis for mental health outcomes. Behavior Therapy, 52(2), 492–507. https://doi.org/10.1016/j.beth.2020.07.002
Trompetter, H. R., Lamers, S. M. A., Westerhof, G. J., Fledderus, M., & Bohlmeijer, E. T. (2017). Both positive mental health and psychopathology should be monitored in psychotherapy: Confirmation for the dual-factor model in Acceptance and Commitment Therapy. Behaviour Research and Therapy, 91, 58–63. https://doi.org/10.1016/j.brat.2017.01.008
Viskovich, S., & Pakenham, K. I. (2020). Randomized controlled trial of a web-based Acceptance and Commitment Therapy (ACT) program to promote mental health in university students. Journal of Clinical Psychology, 76(9), 1590–1610. https://doi.org/10.1002/jclp.22848
Zhao, C., Lai, L., Zhang, L., Cai, Z., Ren, Z., Shi, C., Luo, W., & Yan, Y. (2020). The effects of Acceptance and Commitment Therapy on the psychological and physical outcomes among cancer patients: A meta-analysis with trial sequential analysis. Journal of Psychosomatic Research, 140, 110304. https://doi.org/10.1016/j.jpsychores.2020.110304





